Nos ha pasado a todos, necesitas un par de guantes para trabajar, hacer alguna manualidad, cortar, agarrar alguna superfice resbaladiza…y tantos otros ejemplos. Es en ese momento cuando nos entra la duda ¿Qué guante adquirir?

Para ello vamos a empezar por lo básico, para satisfacer las exigencias en materia de guantes de protección se procedió a su división en las siguientes categorías:
Cat. I: Riesgo mínimo – Necesidad de protección baja.
Cat. II: Riesgo moderado – Protección contra, por ejemplo, peligros mecánicos.
Cat. III: Riesgo elevado – Protección contra daños irreversibles y peligros mortales, como por ejemplo daños por productos químicos.
Dicho esto, se diversificaron en distintas normativas Europeas el nivel de exigencia: EN374, EN388, EN420…ect
Los diferentes ámbitos de uso de guantes protectores se identifican utilizando los pictogramas normalizados detallados en la siguiente tabla.

Llegados a este punto con las nociones básicas de reglamentación y pictogramas nos hacemos las siguientes preguntas: ¿Qué guantes necesito? ¿Cuál es mi talla? ¿Bajo que normativa?
Es en las tareas y trabajos más cotidianos donde encontramos los guantes más demandados y utilizados:
Para trabajar con máquinas, en talleres, para hacer alguna pequeña reforma en casa, incluso para trabajos que requieran cierta precisión, lo más recomendados son los guantes de protección contra riesgos mecánicos. (EN388)
Dentro de esta normativa valoraremos el nivel de protección que necesitamos (vease la tabla de pictogramas).

¿Necesitamos que sean anticorte? ¿Voy a trabajar con objetos perforantes como tornillería? ¿Tocaré material a cierta temperatura que pueda abrasar la piel?
Solo reconociendo previamente el trabajo a realizar, podremos elegir convenientemente el modelo de guantes idóneo.

Por último es muy importante elegir bien la talla de los guantes a utilizar para así obtener el máximo nivel de protección posible, y no dejar pie imprecisiones que podrían atañar peligro.
